Nacimiento de una estrella

La formación de la estrella empieza cuando una densa nube interestelar de hidrógeno y partículas de polvo se colapsa hacia su centro bajo la influencia de su propia gravedad. Esta contracción gravitatoria causa un aumento en la densidad de la nube y en su temperatura interior. El calor vaporiza los granos del polvo. Los gases en el centro de la nube empiezan a ejercer una presión exterior que detiene la contracción. Las estrellas empiezan a formarse en el centro de la nube. Cuando las estrellas empiezan a radiar energía derivada de la contracción gravitatoria, sus gases se liberan, dejando un grupo de estrellas.

                                  
Como la temperatura en el interior de la estrella aumenta, el deuterio (hidrógeno pesado) se destruye, seguido por el decaimiento del litio (Li), berilio (Be) y boro (Bo) en helio. La temperatura del centro de la estrella continúa aumentando hasta que alcanza un nivel crítico en el que las reacciones de la fusión nuclear empiezan. Una vez iniciada la fusión en el centro de la estrella, la contracción se detiene y la estrella empieza a utilizar su hidrógeno a un ritmo acelerado, transformándolo principalmente en helio. En esta etapa inicial, la estrella irradia grandes cantidades de energía en su propia superficie y en el espacio circundante.