Teoría del universo pulsante

Muchos científicos se inclinan a pensar que la evolución del universo abarca una dimensión temporal que va mucho más allá de la explosión primordial y de la actual expansión. Sostienen que el tiempo y el espacio no se crearon conjuntamente con el Big Bang, sino que consideran al cosmos como una entidad eterna. Esta tesis, llamada teoría del universo pulsante, viene a responder la siguiente pregunta: ¿qué había antes de la explosión primordial? Las agrupaciones de galaxias y los cúmulos estelares, se mueven separándose unos de otros en franca expansión. La teoría del Big Bang supone que la velocidad de recesión de dichos objetos era mayor en el pasado que hoy. La teoría del universo pulsante sostiene que en un futuro inminente, la fuerza gravitatoria resultante del universo será capaz de frenar su expansión, hasta el punto de iniciar el proceso contrario, es decir, una contracción. Todos los cuerpos celestes comenzarían a acercarse unos a otros a una velocidad cada vez mayor, hasta encontrarse en un mismo punto y constituir otra vez el huevo cósmico.
                                     
Este huevo, después de cierto lapso de tiempo, volvería a estallar, dando origen a otro universo expansivo. El ciclo se repetiría eternamente, perpetuándose en el tiempo. Nuestro universo sería el último de muchos surgidos en el pasado, luego de sucesivas explosiones y contracciones (pulsaciones). El momento en que el universo se desploma sobre sí mismo atraído por su propia gravedad es conocido como "Big Crunch" en el ambiente científico. El Big Crunch marcaría el fin de nuestro universo y el nacimiento de otro nuevo, tras el subsiguiente Big Bang que lo forme. Si esta teoría llegase a tener pleno respaldo, el Big Crunch ocurriría dentro de unos 150 mil millones de años. Si nos remitimos al calendario de Sagan, esto sería dentro de unos 10 años a partir del 31 de diciembre.